26/1/11

La que se nos viene…

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(Foto extraída de la Revista El Jueves)
He preferido empezar esta entrada con algo que se huele y que no está en nuestro mapa olfativo. He querido empezar hablándoos de lo difícil que es ser adulto, ser joven, ser adolescente, ser persona. Vivimos manejados y totalmente controlados por los medios de comunicación: la publicidad, las redes sociales, la moda y un largo etcétera. No quiero decir que nada de lo que acabo de poner sea malo, al contrario, es buenísimo. Nunca antes hubo una sociedad que escribiera o leyera tanto como la actual, cada día, (se escriben sms, correos electrónicos, formularios, y se lee muchísimo, sobre todo en internet). Sin embargo, hay un riesgo, no saber distinguir lo real de lo inventado, la mentira de la verdad. Lo peor: creer que lo sabemos todo. Mucho peor aún: dejarnos controlar, dejar que piensen por nosotros. Tragarnos todo. Pondré ejemplos…
Ahora que Belén Esteban está tan de moda, dejémosla precisamente a ella en paz, y no le demos más protagonismo. Quiero decir que, ¿no nos damos cuenta de que el susodicho personaje cobra unos 90.000 euros al año y que vive muy bien? ¿No nos damos cuenta de que es un personaje, de entre muchos, de una cadena de Televisión, que obtiene millones de euros en publicidad por programas como Sálvame, y que sus 90.000 euros de salario, no representa absolutamente nada? ¿No nos damos cuenta que el caso de Belén Esteban es una “cortina de humo” para tapar los miles de millones que recibe Telecinco por publicidad y que son repartidos por los “de siempre”? Creo que resumir el problema de los medios, de la manipulación, del control de mentes con una “lista” como ella es perder el tiempo.
Os pongo otro ejemplo. Hace poco,  dos hermanas fueron liberadas de una cárcel en EEUU porque una de ellas le dio un riñón a la otra. Aparentemente la noticia no tiene mucho sentido. Pero si os dijera que ambas estaban condenadas a cadena perpetua por robar entre 8 y 154 euros, ¿qué pensaríais? ¿Es justo pasar toda la vida en la cárcel por robar una cantidad como ésta? Jamie y Gladys Scott llevan 15 años en la cárcel por robar esta cantidad de dinero. Han sido puestas en libertad porque el Gobernador de Missisipi (EEUU), Haley Barbou, se vio “obligado” a ello, y no por caridad, o por comprensión, precisamente. Jamie tenía problemas en sus dos riñones y semanalmente tenía que recibir diálisis para poder seguir viviendo con normalidad. Esta propia diálisis le costaba a este Estado norteamericano unos 200.000 euros, dinero que el Estado quería ahorrarse. ¿Y cuál fue la solución? Regalarles la libertad con la condición de que Gladys le donara uno de sus órganos a su enferma hermana.
No ocurrió lo mismo con el mayor ladrón que ha habido nunca. Se llama Madoff. Es “economista”, o mejor, manejaba las cuentas de los inversores. Hasta que lo pillaron. Robó 38.000.000.0000 euros, dicho de otra manera, 38 mil millones de euros. Lo he puesto en números para que lo comparemos con los 8 y 154  euros que robaron estas dos hermanas y que les costó un riñón, previo paso por la cadena perpetua. Al señorito Madoff, ladrón de guante blanco, le impusieron una pena de cárcel de 150 años. ¡Sólo!
Cadena perpetua supone estar toda la vida en la cárcel. Jamie y Gladys tienen 38 y 36 años respectivamente. Si hubieran pasado 60 años más en la cárcel, más los 15 que llevan, es decir 75, sería la mitad del tiempo de la condena simbólica que le han puesto al señor Madoff, pero habiendo robado inmensamente menos. Pero, se me olvidaba, estas chicas eran afroamericanas, Madoff un “asesor bursátil”, una maneja dineros. Y blanco. No me extraña que salga de la cárcel dentro de 15 o 20 años. Si alguno/a de ustedes ha dado con alguna de estas dos noticias, sobre todo la de las chicas y no se escandalizó es que o estamos inmunes de tanta información o nos parece normal que se condene a alguien para toda la vida por robar 8 euros. No sé si visteis la información, ¡repito!, pero lo difícil ante el aluvión de noticias diarias es saber destilar, saber relacionar, saber mirar con tranquilidad y con reposo y luego destapar este mundo que es muchas veces incoherente y zafio, por no decir vulgar.
Me entero que La Sexta va a estrenar programas en La Sexta 2 y uno de sus programas punteros es uno sobre política. ¿Información al ciudadano sobre lo que pasa en una vida pública? ¡Qué raro, me digo!, es anormal y no creo que lo hagan por amor a la transparencia o a la verdad, si no, en sus telediarios habrían podido relacionar estas dos noticias de las que os acabo de hablar. Porque, se trata de eso, de relacionar ideas. Los medios de comunicación sólo buscan la anécdota, la noticia fácil. Lo difícil es relacionar, leer entre líneas, y a eso nadie nos enseña. Nadie. Por supuesto la mayoría de los medios no nos enseñan a relacionar. ¿Por qué la Sexta 2 estrena un programa sobre información política? ¿Por amor a la verdad? ¡No! Ahora en mayo hay elecciones autonómicas y en el próximo, elecciones generales. No buscan la verdad, sino la audiencia. Si buscaran la verdad, tendrían un programa semanal, tipo 59 segundos de TVE, pero dejemos este programa también aparte. Porque este busca también la audiencia y el espectáculo. Y si no, ¿por qué el parlamento de cada persona sólo puede durar 59 segundos? ¿Qué broma es esta? Hay personas a las que se les debería bajar el micrófono a los diez segundos, pero curiosamente, hay muchas que sí tienen cosas que decir. Y mientras, en la otra cadena la susodicha de Sálvame habla por los codos cada día. Pero, dejémosla que hable, lo peor es no saber relacionar, no saber darnos cuenta de la tremenda estupidez que representa un programa como 59 segundos, que silencia a las personas, y mientras en otros se les da rienda suelta para que hablen de todo. ¿Se les silencia a los contertulios de Jordi el de la Noria cuando habla de política? Yo creo que no. (Y es un programa de variedades y no un programa de debate político). José Blanco, el ministro de Fomento fue a la Noria hace meses y habló por los codos. Repito. El problema no son los hechos, no es Belén Esteban, no son las noticias, ni siquiera el Facebook, el Tuenti, o el Messenger. Se trata de un problema de falta de atención y de relación, sobre todo.
Pongo otro ejemplo: la eliminación de de CCN­­­+ por parte de su recién dueña: Telecinco. El problema no es que Telecinco quite una cadena de prestigio en cuanto a la información y ponga un programa de telerrealidad como Gran Hermano. Esto es normal, en una cadena que tiene en la telebasura su bandera. Pero progresivamente, ¡claro! Lo impactante ha sido lo fulminante que ha sido todo. Esto da que pensar, y mucho. Puedo ver esa rabia contenida y disparada por parte de la Cadena, contra cualquier cosa o programa, que no dé grandes beneficios de publicidad de manera rápida. No olvidemos que Telecinco cotiza en el Ibex 35 de la Bolsa española. En el Ibex están las 35 empresas más importantes de este país.
Empecé el artículo diciéndoles que se empieza a oler un tufillo algo desagradable en nuestra sociedad. El País publicaba hace poco, (ver enlace),  un reportaje sobre unos negocios que se están poniendo de moda. Negocios de carácter ultraderechista, neofascistas. En ellos se venden retratos y bustos de Franco, banderas e insignias de la Alemania Nazi, y un largo etcétera. El problema no es que existan estos negocios. El problema sigue siendo intentar leer entre líneas de nuevo. ¿Qué hay detrás de este tipo de negocios? Lo primero que podemos ver es una sociedad que no distingue entre lo democrático y lo fascista, y que poco a poco, con una tranquilidad de infarto, va preparando el terreno para que sea normal que partidos ultraderechistas o neofascistas concurran de nuevo a las elecciones. No olvidemos que Hitler llegó al gobierno a través de las elecciones.
Me despido. Sé cómo he empezado, con el tufillo que se vine oliendo, el caos comunicativo actual, o esta aparición del neofascismo latente. He continuado con un reclamo, una petición: la de leer entre líneas. Escucharlo todo, filtrar la mayor parte y quedarnos con lo importante. Y para terminar, quiero que nos esforcemos por emprender una  vida llena de posibilidades, de la que podemos ser protagonistas, si estamos atentos, vigilantes, con capacidad de relación y comprensión, para seguir siendo eso, protagonistas, y no marionetas manejadas por los medios de comunicación o la publicidad. Hagamos ese esfuerzo por estar atentos. Nos lo agradeceremos cada uno de nosotros. Ser libres implica saber qué cosas nos afectan y cuáles tenemos que dejar de lado, preocupándonos por lo que realmente nos hace ser verdaderamente felices, sin dejarnos arrastrar por ideas que no vengan de nosotros mismos.

1/1/11

En estas fechas…

Y es en estas fechas cuando uno hace balance, cuando suma, resta o multiplica. Cuando todo debería sumar, y de ninguna manera dividir. Pero es, precisamente ahora, cuando tengo la sensación de que todo tiene que estar como está, (el consuelo de la autocomplacencia no me vale), porque bastante hacemos con sobrevivir sin reclamar una verdadera justicia que esté basada en el derecho natural que todos tenemos, derecho que tendría que pasar por ser todos iguales, ¡todos!, derecho que es, en la actualidad, inexistente.
Podría ponerme duro, irónico y cínico. Pero no lo haré. Me resta energías clamar al cielo, cuando sé que a quien tendría que clamar es a la tierra; sin embargo daré un par de pinceladas de color para estos días navideños. Espero que no se me atragante el turrón por desahogar algo que no le llegará a nadie, salvo a mi propia catarsis. Empiezo.
Estoy asistiendo desde hace meses al asombro más tremendo que jamás imaginara. La economía de algunos países europeos se derrumba dañando su propia supervivencia, su propio estado del bienestar y la pervivencia de una moneda común con todas las ventajas que tiene para todos los que formamos la Unión. Primero cayó Grecia, luego le sucedió Islandia, más tarde Irlanda, y en el filo de la navaja están, nerviosos, países como Portugal o España. Y mientras, para salvaguardarlos la llamada “comunidad internacional” prevé planes de austeridad (a los que España se acoge, con medidas poco creativas) y medidas “de rescate” como las sabidas de los 80000 millones de euros prestados a Irlanda… (Y que si patatín, y que si patatán…)
Me pongo demagogo (¡aviso!, aunque yo no lo definiría así). En la lista de las diez personas más ricas del mundo, publicada por la revista Forbes, encontramos cosas tan abominables, por no decir sorprendentes, cómo las dimensiones estratosféricas de las mayores fortunas del mundo, provocando una seria reflexión sobre qué está pasando actualmente en el mundo… ¿Cómo es posible que un país tenga que ser reflotado con intereses durísimos y sin embargo hay personas que puedan pagar la deuda de esos países, simplemente con los intereses generados de sus propias fortunas?
Adan Smith tendría la respuesta. El padre del capitalismo fue quien creo el sistema financiero actual, basado en la pervivencia de los más sobredotados sobre los menos, garantizándoles el parabién de sus derechos y sometiendo el Estado a sus caprichos y licencias. Como en un rebaño, son los más aptos los capacitados para procrear y para vivir. Los “débiles” simplemente se sacrifican. Pero bueno, esto es de todos sabido…
Pero, ¿y entonces qué? ¿Dejamos todo este entramado judeomasónico pendiente, como diría el otro, y nos felicitamos las Navidades y el Año Nuevo que acaba de entrar?
Mejor dejémoslo. Hacer balance de un momento, un año o una década es algo complicado y hasta “antinatural”, pues el tiempo es el puro presente, realmente, aunque necesitemos usos cronológicos para poder planificar y vivir con normalidad. Es por esta razón, que no voy a seguir escribiendo más sobre estas fechas, ni sobre el año pasado, ni siquiera sobre la década que ya pasó. Sólo me interesa la certidumbre de mi momento presente. Lo demás, que lo hagan los periodistas, o mejor, que lo haga Julian Assange, y que éste les enseñe.
Aunque no por eso voy a seguir callado. Continuaré…
Y para despedirme del artículo y empezar el año citaré una frase de Angels Barceló en uno de estos programas resumen de los pasados días. Según esta periodista, “la primera década del siglo XXI fue la década en la que vivimos por encima de nuestras posibilidades”. Ahí queda lo dicho.
No voy a seguir, me hubiera puesto muy cínico. Sólo espero que este blog dure 10 años más y que dentro de 10 años veamos las cosas con más coherencia, con más tacto humano y con  más sentido común.
Feliz nuevos proyectos.
Inefabilidad.