7/12/16

El alma en los pies

La funambulista iba a comenzar la actuación. Todos la miraban. Era el espectáculo central, para el público que pagaba alegremente y para sus compañeros: al día siguiente contraía matrimonio. Su novio, el funambulista que estaba al otro lado de la cuerda, tenía que esperar a que ella se situara en el centro. Las fieras y los payasos enmudecieron. Adelantó un pie mirándole intensamente y se detuvo. Y en lo más hondo de su malla recordaba el peso de tres frases inoportunas: dar el primer paso; sí, acepto y para siempre. Y la fragilidad del instante incomunicado se transformó en futuro.

2/12/16

Maestra Sherezade



Cada noche visitaba en sueños a la muerte. Con una chistera negra, zapatos a juego y traje azul, la esperaba en un banco fractal de múltiples colores. Al llegar a la fase REM, ella hacía su aparición. Contenta y sin guadaña venía presurosa pero calmada, nunca había conocido a nadie que la esperara sentado. Él era un embaucador y siempre la seducía. La muerte, segura de sí, se dejaba llevar; hacían el amor en la 5ª dimensión, y cuando ella se quedaba dormida, él se ponía la ropa y se despertaba del sueño. Con muchas ganas de vivir.