3/9/10

Monastery of La Rábida

Hay veces, en momentos y en situaciones determinados, que siento una necesidad imperiosa de irme lejos, (de abandonar mi vida) y, aunque sea por unos instantes, dejarme sumergir por torbellinos de experiencias sensibles, nada raras ni peculiares, dicho sea de paso. Quizá sea la música de Vangelis la que más me aproxima a esta sensación, a esta pequeña certidumbre de mi inasible intuición. Con "Monasery of La Rabida", imagino vivencias, ¡posibles! y al mismo tiempo cercanas. Al oír su música me imagino con una taza de café con leche en la mano mientras veo como cae la lluvia por las ventanas y cómo golpea en los cristales. El silencio mágico de una vida que empieza a florecer estaría acompañado por la sensación húmeda que atraviesa mi piel, el olor a tierra húmeda, mezclado por la acogedora sensación de seguridad que transmite mi casa y el olor humeante de un café con leche muy apetecible.
Pero lo más grato, lo más inaudible, lo más puro y pleno, quizá sea mi silencio y las emociones que provocan todo este aluvión sensorial. Creo que entenderéis si me reservo el contenido de este silencio sonoro, aunque he de reconocerlo, me gustaría alguna vez, compartir esta experiencia contigo.

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