5/10/09

Podría decirse que somos parte de un entramando no resuelto, de un mecanismo que está sin terminar, falto de piezas y sin la soltura y la ligereza que tienen los globos, cuando a la deriva flotan sin ser interrumpidos por la gravedad o por la fuerza destructora de los intereses de los elementos. Esa es mi opinión en estos momentos, o al menos, ahora...
Dice el maestro Suzuki, un monje zen: "no os sentéis a meditar esperando algo". Sed como la rana y poneos en su actitud, como cuando está inmóvil sobre una piedra... Y dice además, estad vigilantes y no esperéis nada, como la rana... "¡Tal vez pase la mosca!"

¡Qué gran reflexión!, me la comentó una persona valiosa y me ha servido para observar, valorar y estimar y darme cuenta que esperar las cosas es un error de percepción.
Si espero algo, si creo que las cosas van a aparecer de tal o cual manera es porque pienso que las miles, millones (múltiples) variables que pueden darse a cada segundo en la realidad, de manera misteriosa, no cuentan. Todas las variables que se dan cada segundo, 20 minutos o 3 horas más tarde se convertirán en polvo, desaparecerán. Se habrán esfumado ante MI presencia. O lo que es peor, los millones de posibilidades evolucionarán, se transformarán progresivamente hasta quedar reducidas a mis cuatro variables de pensamiento: "El universo en mis manos". Y esta frase es pensada y sentida, no desde el amor o el agradecimiento, sino con tiranía: poseo el control y la realización de las cosas.
Si alguien le satisface pensar que puede prever los acontecimientos económicos, políticos, familiares o personales, en este momento los dejo. Yo me voy a hablar con el maestro Suzuki.

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