22/5/11

Cinco figuras representativas de la democracia

Cuando existía en España la dictadura hubo  una serie de voces que se erigieron como portavoces sociales del régimen, al menos en los pueblos. Estas eran:
  • El alcalde.
  • El médico.
  • El maestro.
  • El cura.
  • El Guardia Civil.
Me cuentan, los que vivieron en la época del general Franco, cómo estas personalidades tenían el reconocimiento social y la aceptación de los ciudadanos. Era normal verlos, incluso, comiendo juntos o tomando un café o pulsando y creando opinión. Opinión que luego se hacía oficial, porque lo decía el cura, o el maestro, por ejemplo.
Tiempo después, en democracia, estas voces minimizaron sus efectos, porque otras se convirtieron en representativas y mediáticas de la opinión pública. Podríamos englobarlas en las siguientes:
  • El empresario (aupado socialmente por poderosísimas campañas de publicidad de sus propios negocios).
  • El político y su seña de identidad: (el partido político, que lo respalda ideológica y mentalmente: si no, ¿por qué existe el voto de partido?).
  • El periodista: con la supremacía absoluta de la información, por encima de los historiadores o los sociólogos, por ejemplo.
  • El artista de renombre: actores, directores de cine y artistas diversos, que mueven y poseen una fortuna desmedida, muy por encima de cualquier ciudadano normal.
  • El deportista de élite: con una fortuna también desmedida, siendo portavoz, tema, asunto e ídolo de los sueños de muchos ciudadanos, aunque no tengan formación (algunos) ni opinión sobre los asuntos candentes y preocupantes de la de la ciudadanía.

No he querido hacer la comparación entre la dictadura y la democracia porque quiera demostrar la mejor presencia de aquella y por extensión, su mejor papel cómo sistema político. No, jamás. Sólo he hecho esta comparación, para demostrar una paradoja, una curiosa paradoja. Si mientras en aquella había dos figuras importantes de una sociedad: el médico y el maestro, en la democrática son otras las que copan el protagonismo.
Esto me recuerda a dos pequeñas anécdotas que he escuchado en estos días, paralelamente al movimiento reivindicativo del #15 m. La primera tiene que ver con las declaraciones de Penélope Cruz a su llegada a España para promocionar su última película: “cuando miro a los jóvenes españoles se me parte el corazón”. La segunda tiene que ver con una imagen que vi ayer en un informativo de televisión: Sergio Ramos, un jugador de fútbol del Real Madrid llegaba tarde a la convocatoria del equipo y con prisas abría el maletero de su flamante Porsche para sacar su maleta.
Entre tanta reivindicación social de estos días, hay cosas que chocan. Lo único que no me chocaría de estas cinco figuras, reconocidas y de renombre de la democracia, es que todas ellas se fueran juntas a comer o aparecieran todas ellas en un mismo evento. Y si nadie me cree, que las busque en cualquier programa del corazón o de cotilleos. De seguro que las reconoceremos enseguida.

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