25/5/11

Un relato: una fantasía extrema a causa de la marea azul.

La Visión
UN SUEÑO
-¡Qué si señor obispo!, ¡que si funcionará!, ¡ya lo verá., solamente dejemos que transcurra un par de meses para que vea que la dirección del partido no se ha equivocado, y que esto es una apuesta segura. Nadie va a peder. Lo que le dije por teléfono era un adelanto. Entiendo sus dudas, pero creo que usted es lo suficientemente inteligente como para entender esta apuesta tan arriesgada.
-Mire, querido portavoz, no me haga tan listo. Déjese de rodeos y explíquese bien. No he venido a la sede de su partido por nada, sino porque usted me ha llamado. Creo que usted era el que quería comentarme algo que beneficiaría al partido enormemente, y por extensión a los ciudadanos. Lleva un rato hablando y todavía no sabemos, los aquí presentes, de qué se trata. Haga el favor de explicarse, porque al menos yo, no tengo todo el día.
-Verá señor obispo, le agradezco su claridad e intentaré ser lo más transparente posible, para poder trasmitirle nuestras intenciones políticas, no sólo a usted, sino al portavoz de los empresarios de la ciudad. Aprovecho la oportunidad que nos brinda el momento para presentarlos formalmente: señor Obispo, don Emilio; don Emilio, el señor Obispo.
-Mucho gusto, don Emilio, había oído hablar de usted y, sinceramente, tenía ganas de conocerlo en persona.
-El gusto es mío señor Obispo, no faltaría más.
-Bueno caballeros, creo que ahora es el momento en el que les debería explicarles por qué los he reunido hoy aquí. Se trata de algo muy sencillo pero a la vez importante. Todos ustedes saben que estamos en la era de la comunicación, en un momento histórico en el que disponemos de un montón de medios para hablar, escribir o transmitir información. También conocerán que es el móvil uno de los medios más usados para ese fin. Sólo en nuestro país se cuentan por millones.
-¡Al grano señor portavoz!, ¡al grano!
-De acuerdo don Emilio. La dirección del partido ha ideado una forma de publicidad, de darnos a conocer, bastante innovadora, según creo. Si han usado los teléfonos móviles alguna vez, se habrán dado cuenta de que para escribir un mensaje de texto se pueden utilizar dos sistemas: la escritura letra a letra, en la que tienes que poner todas las letras para formar una palabra en concreto, o la escritura de palabras completas. Ésta funciona, como habrán comprobado, de la siguiente manera: por ejemplo, usted pulsa el botón donde está la “d, e y la f”, luego pulsa la tecla de correspondiente a la “g, la h y la i” y luego la perteneciente a la “a, la b y la c”. La palabra resultante es “día” y en ningún momento el usuario ha buscado la d, la í o la a. Eso significa que si escribo una palabra en un mensaje de texto siguiendo este sistema es porque tengo una serie de palabras almacenadas en el teléfono, funcionaría algo así como una base de datos, o como si fuera un diccionario. Algunos lo llaman diccionario predictivo, precisamente por eso, porque nos ahorra tener que escribir todas las letras, ya que es el propio teléfono el que nos da la palabra adecuada.
-Parece interesante lo que dice. Pero, ¿adónde quiere llegar?
-Muy fácil, ya verá. Como les decía, la dirección del partido ha mantenido una reunión con diversas compañías de móviles, para incorporar algunas palabras a ese diccionario incorporado que traen muchos teléfonos. Las negociaciones están muy avanzadas y parece que va a haber un acuerdo dentro de muy pronto. Sólo faltaba la opinión de ustedes dos, y alguna sugerencia que nos hagan.
-Y verá señor portavoz, todo me parece muy bien. La idea es buena, mientras sea para un mejor entendimiento. Aunque permítame que le pregunte por esas palabras que se pretenden incorporar. ¿Cuáles son?
-Aún no están definidas en su totalidad, solamente tenemos algunas: España y nación… La lista no es muy larga, pero sí muy significativa. Les pedimos que nos den su impresión, y por qué no, su colaboración en este proyecto común. ¿Qué dice usted don Emilio?
-Yo, como empresario, lo veo bien. Parece una idea interesante, no sólo como forma de comunicación, sino como medio de publicidad. Cuente con mi colaboración y con mi financiación. Al mismo tiempo le pediría que incluyera algunas palabras, que ya se las notificaremos por escrito. Ahora mismo, no sé…, se me ocurren algunas sobre la marcha. Tome nota de estas e inclúyalas: beneficio, empresa, superávit, ganancia, capital, dividendos… Tome nota también de éstas que les digo a continuación, pero para que no estén en ese diccionario: sindicatos, despido, recorte, salario, convenio… ¿Ha tomado nota, señor portavoz?
-Totalmente, queda de nuestra mano. Le agradecemos ante todo, su interés y su financiación. No se preocupe que éstas palabras y las que nos envíe por su escrito serán tomadas en consideración. Y usted, señor Obispo, ¿tiene algo que decir de todo esto?
-Pues verá señor portavoz, hablemos claro. Todo esto parece ir encaminado al interés publicitario de un partido político, nada más. Y ya que veo que don Emilio se ha interesado por su proyecto de “comunicación”, no me queda más remedio que sumarme al mismo, porque de una manera u otra tenemos que estar presentes en él. Esto parece irremediable e imparable. Si no acepto otro lo hará por mí y creo que es bueno que la Iglesia esté a la vanguardia de los medios de comunicación. Cuente con mi apoyo moral, no sólo al proyecto, sino al partido. Yo también le notificaré por escrito las palabras que deba añadir. De entrada se me ocurren varias. Apúntelas
-Sí, cómo no. Dígame, tomo nota:
-Conservador, iglesia, misa, cura, resurrección y dios. Y por cierto, las que le voy a decir ahora no las incluya: sexo, homosexualidad, carnaval, matrimonio homosexual…
-Solo podemos excluir palabras señor Obispo, no podemos excluir frases completas. Comprendo su interés por borrar de la opinión pública aquellas ideas que no son de su agrado. No se preocupe que las palabras que me ha dicho, más las que ya me enviará por escrito serán tomadas en cuenta. Le agradezco a usted y a don Emilio la colaboración y la preocupación por nuestros proyectos. No se preocupe que nuestro partido velará porque todos sus intereses se vean reflejados en nuestro quehacer diario.
………………………………………………
EL DESPERTAR
No sé qué hora será. Debe ser tarde. Reconozco que hace tiempo que me cuesta dormir de un tirón y profundamente, pero estas pesadillas frecuentes no estaban dentro lo habitual. ¡Qué real!, ¡por dios! A ver... Deja que me sitúe. Es de noche, no he dormido, estoy en casa, en mi habitación… He tenido una pesadilla, muy real, bastante fuerte, ¡qué mal!, necesito beber agua…
Sí, agua. El vaso está en la mesa de noche. Está lleno porque no he bebido antes. No sé si estará caliente, pero me da igual. Necesito refrescarme. No estoy acostumbrado a escuchar voces, ni siquiera en sueños, ni a que éstas formen una conversación coherente y hasta lógica. Otras veces, los sueños, las imágenes y las voces eran difusos, ambiguos y nada claros. Sin embargo esta vez ha sido diferente. He oído tres voces, una conversación, ¡tres personas! Y que claridad…
Pero… ¿por qué un obispo?, ¿por qué un empresario?... y sobre todo, ¿por qué un portavoz político? ¿Por qué diablos esas tres personas y no otras? No guardo ninguna relación directa con ellos. Es más, sé que están ahí pero también están otros. Los panaderos, los camareros, los taxistas, las amas de casa, las peluqueras y las azafatas y decenas de profesiones más. ¿Por qué no han salido éstos? Incluso, gente de mi colectivo, el de los vigilantes. Lo hubiera entendido más, me hubiera parecido más lógico. La verdad es que no lo entiendo.
Supongo que esto le sucederá a más gente. ¡Qué mal rato! Necesito una mujer en mi vida urgentemente. Tanta soledad me está haciendo daño. O quizás necesite redecorar la casa. Creo que tanto blanco me asfixia, me parece que el amarillo es más acogedor con un poco más de luz. Tengo que ampliar las ventanas y que el sol ilumine este apartamento.
Lo de esta noche es producto de mi encierro, de mi poca vida social y de mi excesivo trabajo, nada más. A lo mejor todo es fruto de haber roto con Claudia, y se me ha agriado el carácter, y de ahí el sueño. Pero… ¿y el tema de la conversación en el sueño?, ¿por qué un teléfono móvil?, ¿por qué razón se habla de incorporar palabras a los móviles?, ¿qué significa eso?...
Por cierto, ¿qué hora es?, ¿cuánto tiempo llevo durmiendo? No son sino las 4:20. Hasta parece que el reloj me interroga con sus dígitos luminosos. Al igual necesito un despertador manual. Voy a confirmar la hora, no estoy seguro de sea tan temprano. Me parece haber dormido una eternidad y todavía son las 4. ¡Ya está!, ¡el móvil! Lo tengo al lado, es mi segundo despertador. Su tacto es distinto a la sensación que me produce el reloj de la mesilla de noche. Tocarlo me produce alivio y serenidad. Tengo que volver a dejarme dormir. Mañana me toca el turno de tarde-noche y necesito estar descansado…
Efectivamente son las 4:20. Pero, ¡no!, ¡no puede ser! ¿Y por qué no comprobar lo del sueño? ¿Y si lo del diccionario predictivo es cierto? ¿Y si las palabras están incorporadas en la base de datos del teléfono? No puede ser… sería demasiado real. ¡Qué va!, ¡qué va! No es cierto… Pero, ¿y por qué me tiembla la mano?, ¿por qué no me atrevo a escribir un mensaje? Nunca me había dado miedo un móvil, siempre lo he mirado con temor o con dolor cuando sabía que las palabras y los reproches de Claudia estaban justificados, pero nunca con miedo. Alguna vez sentí satisfacción y emoción. Recuerdo sus primeros mensajes, ¡Cuánta espera! ¡Qué tiempos! Pero ahora siento miedo, es como si el contenido del sueño fuera cierto y mi móvil el instrumento revelador…
Escribo en el móvil las palabras que recuerdo del sueño, y mi sorpresa es mayúscula cuando veo que aparecen todas las palabras del sueño, incluso nombres de políticos de ésta y de otras formaciones. Están todas las palabras, absolutamente todas las que aparecen en el sueño. No sé si será casualidad y si todo esto es fruto de una revelación, o más bien, la revelación de una manipulación.
……………………..
EL DÍA
Los días han pasado después de aquella noche. Incluso llegó el amanecer en aquel tomentoso día que todavía ni había empezado a ser.
Recuerdo que no comí prácticamente, absorto como estaba en mi descubrimiento. Salí al balcón del apartamento y dejé entrar más luz a las habitaciones. Necesitaba respirar y el poco aire en las habitaciones y en mi cabeza me impedían pensar con normalidad. Esa fue la razón por la que llamé a mi encargado y le dije que no iba a trabajar. Casi nunca falto y creo que el gesto que hizo con la boca cuando le conté el dolor de cabeza que tenía, fue una prueba suficiente de que me había creído. A partir de aquí empezó lo duro.
Seguía ensimismado en el balcón, sin ganas de nada. Con el fin de descansar la mirada e intentando borrar lo ocurrido la noche anterior, traté de mirar a lo lejos y solamente vi el paisaje que rodea al pueblo. Sólo me relajó el color verde y la luz solar que caía por las montañas. Me sentía raro, inquieto, cansado. De pronto desvié la mirada a la plaza del casco, al Centro Cultural y a la carretera. No sé por qué mi mirada fue dirigida hasta ahí. Lo que sí es cierto que me fijé en los bancos de la plaza y en su color madera, luego seguí buscando una pared blanca que pronto divisé y seguidamente miré al color azulado del cielo. Había formado sin querer la bandera de mi Comunidad y eso me empezó a inquietar. De una manera inconsciente estaba buscando pruebas para demostrar que el sueño revelador de la noche anterior era cierto. En aquel momento, creí en una manipulación extrema, premeditada y desmedida y pensé que el partido de mi Ayuntamiento formaba parte también de ese circo y que lo había preparado todo, hasta el color del cielo. Seguidamente vi a unos cuantos perros que venían por la carretera general y pensé en ellos. Creí que estaban puestos ahí en ese preciso instante para que yo los viera y los relacionara con algunos de los símbolos que forman la identidad de mi tierra…
Enseguida continué reafirmando mis pesquisas. Visité en aquellos días alguna cuidad costera y me fijé que le número de gaviotas era desmedido, y pensé que quizás era una forma barata de publicitar una idea política a través de uno de sus símbolos. Más tarde pasé por otros pueblos. En sus jardines había centenares de flores rojas y me preocupó. La obsesión duró hasta el punto de relacionar el color de las casas con la vinculación política de su propietario. Todo era desmedido en aquellos días, las imágenes y los símbolos se me agolpaban, hasta las canciones que oía me recordaban a esa revelación, dura pero cierta, y que tuvo lugar la noche fatídica de la pesadilla…
No voy contar más de lo sucedido ni a mostrar más sospechas de mis posibles revelaciones. Ya ha pasado tiempo y creo que puedo mirar para atrás sin temor. Temí por mi vida cuando me puse analizar y a buscar analogías con todo lo que me rodeaba. Me encerré más en mi casa, en mi vida, en mis ideas. La suerte fueron los amigos y aquellos compañeros de trabajo que se preocuparon por mía cuando me vieron silencioso y abstraído. Ellos fueron los que me dieron la oportunidad de comunicarme y de contarles lo que sentía y me ocurría. Dicen que llegué a confundir la realidad con el sueño y que hice el sueño realidad. No sé si tienen razón, a veces siento que aquel sueño fue bastante real, demasiado real diría yo. De las revelaciones casi todo el mundo se rió. Nadie sintió compasión de mí, cuando conté lo que había pensado sobre las gaviotas, me creyeron muy chistoso. Con las flores ocurrió un poco de lo mismo, simple casualidad me dijeron.
Ya no soy el mismo de antes. Después de sentir que mis pensamientos eran fruto de mi soledad y de mi encierro durante meses, he decidido llamar a Claudia otra vez y decirle lo mucho que la hecho de menos. Supongo que se alegrará de verme dar un paso y de preocuparme por ella. Creo que si me doy un poco de prisa, y con un poco de suerte, aún seguirá interesada por mí. Le contaré lo que he vivido en estos días, la pesadilla y todo lo sucedido después. Espero que me crea y que no piense que es una excusa barata para que vuelva conmigo. Aunque no me importa, ya de por sí nadie me cree. Sólo yo estoy seguro de mis sensaciones, y a pesar de que algunas revelaciones han sido fruto de una obsesión, otras, por el contrario, son bastante reales. Ellos ya están avisados, por si algún día sucede algo.
Yo, mientras tanto, hoy mismo le mandare un mensaje de texto a Claudia para quedar con ella. No sé lo que le voy a decir, pero tengo claro una cosa, no voy a usar el diccionario predictivo. Le escribiré el mensaje letra a letra, aunque tarde, y así estaré seguro que todas las palabras son mías.

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